viernes, 27 de enero de 2012

Mercado de Timphu, Bután.



En el mes de junio estuvimos en Bhutan(Bután), un pequeño país al pie del Himalaya entre China e India. Cuando íbamos en el avión rumbo a Paro (única ciudad del país con aeropuerto) un chaval butanés que regresaba de Estados Unidos a casa para pasar las vacaciones de verano, nos comentó que para nosotros la estancia en el país sería como viajar al siglo XIX en la máquina del tiempo. Y no se equivocó.
Bhutan se abrió al mundo en los años sesenta y desde entonces, aunque se ha modernizado mucho, sigue siendo un país que vive en muchos aspectos al margen del calendario y del siglo XXI.
La primera característica de la cocina butanesa es el vegetarianismo, debido a la religión mayoritaria del país, el budismo. Esta religión prohibe comer cualquier animal, por lo que la base de la alimentación es el arroz (blanco y rojo), las verduras, los huevos y los lácteos. Sin embargo, la carne y el pescado se consumen habitualmente, aunque proceden de la India (los mataderos y la pesca están prohibidos en territorio nacional por razones religiosas).
La segunda característica de la cocina butanesa es su amor por el picante. Les encanta y lo consumen a diario y cuanto más intenso, mejor (a mi marido le gusta también mucho y tolera bien el sabor muy picante, pero en Bután, cuando algo pica, lo hace con muuuuuuuuchas ganas).
La tercera característica de la comida butanesa es que tradicionalmente se come con la mano y no con palillos, ya que guarda más relación con la comida india y nepalesa que con la China (Bhutan no tiene ninguna relación con este último país vecino, mientras que consideran a la India un país hermano, pudiéndose traspasar libremente la frontera y usar la rupia en territorio butanés sin ninguna restricción).
La economía de Bhután se basa en la agricultura, el turismo y la producción de electricidad a través de centrales hidroeléctricas. A pesar de lo habitual del turismo, el sector servicios es muy particular y casi inexistente en la parte oriental del país. Esta es la cafetería (con su estufa de hierro para el invierno) del monasterio más conocido e icónico de Bután, el Nido del Tigre:

Y este es el Nido del Tigre (que como dice en la guía, su único acceso es a pie o sobre los lomos de una tigresa voladora)
Como os decía, el sector servicios es bastante particular (o rudimentario) y no se ha implantado ninguna gran cadena internacional ni de comida, ropa, y demás gigantes de la globalización, por lo que el comercio se basa en pequeñas tiendas familiares donde se vende de todo un poco, como en los comercios españoles de hace algunas década donde podías comprar desde ultramarinos a fregonas pasando por calcetines o cuadernos.

La única carnicería que vimos fue esta, y el guía nos explicó que la venta de carne se debía a que una vaca se había perdido por el bosque y la habían encontrado varios días después muerta. Al haber fallecido el animalito de muerte natural podían comer su carne, ya que el budismo prohibe matar a los animales para consumirlos pero deja algo de manga ancha para aprovechar la carne de aquellos que han muerto "sin intervención humana".

Al ser Bután un país montañoso, el clima viene determinado por la altitud de cada valle: cuanta menor altitud, temperaturas más cálidas, típicas de un clima subtropical-monzónico que permiten el cultivo del arroz mientras que en valles a mayor altitud las temperaturas son mas bajas y el cultivo principal será el centeno, la cebada, el alforfón, el trigo o la patata.
En los valles cercanos a la capital, Timphu, se cultiva el arroz. El clima cálido y húmedo permite dos cosechas al año, cosa que se hacía tradicionalmente, pero debido al aumento de población de la capital y la necesidad de alimentos frescos de ésta, las familias campesinas hacen ya una sola cosecha anual de arroz y la segunda la dedican a verduras que se venden en el mercado semanal de Timphu:

Aquí, las familias de valles cercanos venden semalmente sus cosechas a los capitalinos, obteninedo un dinero muy útil para comprar los numerosos productos que el país no produce y ha de importar de la India (que según lo que vimos, es todo menos los alimentos más básicos).


Algunas de las frutas y verduras que vendían allí nos eran muy familiares: repollo, coliflor, judías verdes, berenjenas, tomates, pepinos, etc mientras que otras nos eran completamente desconocidas (el guía no supo decirnos el nombre de algunas, ya que no era muy aficionado a comerlas)
Estas son las tan apreciadas y consumidas guindillas del país. Eran las "suavitas" y picaban a rabiarrrrr!! así que imaginadlas más curadas y rojas!!!


A parte de los productos conocidos en España:

estaban los típicos de allí, que no había visto nunca (y que sigo sin saber muy bien qué son)

Este por ejemplo, del tamaño de un mango grandote, es fruto también del banano o plátano, aunque no tengo ni idea de cómo se consume (Actualización: Capricornio, del fantástico blog Cocina Costarricense nos cuenta que en Costa Rica se le llama "chira" y es la flor del plátano que se consume hervida. Si quieres mas información pincha aquí)


Luego también había productos completamente marcianos (es levadura! pero cualquiera diría que es el primo de Alien... ;-)


Este es el queso butanés, usado para cocinar más que para comerlo directamente así. Son pequeñitos (caben en la palma de la mano), de sabor intenso y su textura recuerda al queso cottage aunque no tan húmedo)

Mantequilla:
Pescado seco (importado, ya que está prohibido pescar):

Cereales: arroz rojo y blanco (se cocina dejándolo glutinoso para comerlo fácilmente con la mano y llevarlo en merenderas de paja trenzada), harina de cebada tostada o tsampa para el té salado, harinas de otros cereales y granos enteros. El traje tradicional y habitual (el gobierno recomienda a los ciudadanos que lo lleven, los guías turísticos están obligados a ello) es el que lleva el hombre que está de espaldas:

Especias, té e inciensos:

La comida (al menos para los turistas) consta siempre de varios platos: arroz cocido, dos o tres platos de distintas verduras salteadas con mantequilla y jengibre, un plato de verduras y/o patatas en salsa de queso picante (kewa datse), y si hay suerte, un plato o dos de carne o pescado salteados. Imposible comérselo todo, aunque no se tira nada, la familia aprovecha lo dejado por los comensales. La cocina en la capital es la más occidentalizada, aunque también se ofrecen cuatro platos como mínimo donde también es imposible comérselo todo. En la foto, cena en Timphu en el hotel Kisa, de tipo tradicional: (de arriba a abajo de izquierda a derecha) ternera salteada con verduritas y cilantro (hierba aromática muy, muy usada), datse de champiñones y zanahorias (verduras salteadas con salsa de queso picante ), arroz hervido, curry rojo de tofu, tiras de ternera salteada con salsa oscura (soja y algún otro ingrediente que no supe dilucidar. Sabrosísimo y muy habital también para pescados) y espárragos trigueros salteados.


En cuanto a postres, solían servirnos fruta (los mejores mangos del mundo!!) y algún que otro dulce muy parecido a los dulces indios y helado, aunque la repostería no debe ser muy habitual ya que el libro de cocina tradicional butanesa que compré (precioso, con unas fotos impresionantes) no tiene ni una sola receta dulce.

Y por último, una golosina muy curiosa. ¿Sabeis lo que es?

Es queso de yak hervido en leche y seco!!! Se queda duro como una piedra y hay que rechupetearlo como un caramelo para reblandecerlo.

3 comentarios:

González Luis dijo...

Me encanta esta entrada tan rica culturalmente! Es tan bonito conocer sobre otras culturas y vivirlas personalmente.
Yo en lo personal no tolero el chile, por lo que creo me sería algo difícil adaptarme por ahi, pero las frutas y vegetales me encantan!!
Casualmente lo que presentas como un fruto del banano (como del tamaño de un mango) color rojo, en Costa Rica le denominamos "chira de plátano" es la punta de cada racimo de bananos o plátanos.
Se consumía hace mucho en áreas rurales, es muy amargo, son los bananos en su estado más tierno y hay que cocinarlos varias veces. TEngo una entrada en mi blog por si gustas verla: http://recetasdecostarica.blogspot.com/2010/07/chira-de-platano.html
Gracias por compartirnos este bello álbum de fotografías que enriquece desde todo punto de vista.

Graci-a dijo...

Mar, deberías escribir más. Lo haces muy bien. Ha sido como dar un paseo contigo. jaja hasta parecía que te estaba oyendo. Muy bien narrado..muy bien contado..muy bien descrito..Muy bien!. Creo que no llegámos a despedirnos. Cuando te fuíste, yo estaba de baja por maternidad..¿lo recuerdas?..Ha sido una coincidencia muy agradable..Te leeré siempre que pueda..Hasta la vista. Besos

Ana Maria dijo...

Vi un documental grabado en Butan y me recordo el sur de Chile hace 55 años, cuando la gente era cordial, amistosa, educada y gentil. Vivian bien con lo necesario, con sus necesidades basicas cubiertas, lejos del materialismo y el consumismo. Tenian casas abrigadas, camas limpias y calientitas, comida sana y suficiente en sus mesas, ropa que las mujeres cosian. Nunca vi miseria ni resentimiento. Que nostalgia! Me encanto Butan!