HEMC # 31: Croquetas de quinua

Esta es mi contribución al HEMC de este mes y aunque nunca había probado la quinua, cereal que se comercializa en España con el nombre de "quinoa", si que había oído hablar de él cuando la boda de una infanta, que la incluyó en su menú de boda. He querido participar después de leer las magníficas propiedades de este alimento (es una buena fuente de hierro y una proteína completa porque presenta los 8 aminoácidos esenciales, no tiene gluten y en su cultivo no es necesario el empleo de fertilizantes ni plaguicidas) y después de experimentar con este grano casi microscópico debo decir que ¡el resultado ha gustado a todo aquel que lo ha probado! así que damos oficialmente la bienvenida a la quinoa en esta santa casa.
Gracias Sole (de Sole empieza a cocinar) por proponer este ingrediente. ¡Ha sido todo un descubrimiento!

Investigando por la red es fácil encontrar numerosas recetas de lo más variadas al otro lado del Atlántico, así que con un poquito de inspiración de allá y otro poco de acá, han salido estas Croquetas de quinua y boletus secos.

Ingredientes

-100g de quinoa ya lavada
-100g de agua
-300g de leche
-25g de puerro limpio picado (medio puerro)
-1 puñadito de boletus secos (o cualquier otra seta seca)
-6 Champiñones grandes limpios y picados
-Aceite de oliva
-Sal
-Nuez moscada
-Huevo batido
-Pan rallado (sin gluten)

Sofreir en un cazo alto el puerro picado y los champiñones con 4 cucharadas soperas de aceite de oliva.
Lavar las setas secas en agua muy fría por si tuvieran tierra , secar y picar en trozos pequeños.
Cuando los champis evaporen toda su agua, añadir la quinoa bien lavada y escurrida, los cien gramos de agua, las setas secas y la leche. Remover bien.
No añadir sal para que la quinoa se abra y esponje bien (es lo que dicen allende el Atlántico).
Cuando eche a hervir remover de vez en cuando y cocer 30 minutos o hasta que el líquido haya sido absorbido casi por completo. La quinua no debe quedar al dente, sino muy bien hidratada, jugosa y con color a seta seca ("marronáceo").
Añadir una pizca de nuez moscada y la sal. Remover bien para que se integren completamente y pasar la quinoa a un recipiente para que se enfríe, tapándola con plástico porque si no la superficie se resecará demasiado.
Cuando se haya enfriado del todo, hacer bolas con las manos (se da fenomenal porque lógicamente es una pasta más manejable que la de bechamel). Yo las hice más bien pequeñas y salieron 24 croquetas.
Batir un huevo y pasar las croquetas por éste y luego por pan rallado.
Freír en abundante aceite y sacar sobre papel absorbente.

El resultado es una croqueta crujiente por fuera y consistente pero jugosita por dentro, con un sabor delicioso a setas. Mmmmmmmmmmm!